MEMORIA SALIDA CULTURAL A VALENCIA DEL PROYECTO HARGÜETA
Los pasados días 8,9,10 y 11 de Junio se celebró la salida a Valencia, enmarcada dentro de las actividades culturales del Proyecto Hargüeta.
El viaje se inició en la madrugada del Lunes 8, saliendo desde La Bañeza a las 12:00 de la noche con un trayecto por delante de unas nueve horas, con parada incluida para descanso de todos, que aprovechamos para practicar actividades físico-deportivas de madrugada, tales como fútbol y juegos de combas.
Ya por la mañana llegamos a nuestro destino, y aunque el cansancio estaba presente en todos, tras un buen desayuno en el valenciano pueblo del Palmar, atacamos el día con entusiasmo. Paseo por la ribera de la Albufera, siguiendo la Gola del Puchol (lengua de agua que une mar con albufera) y primer baño del año en el Mediterráneo, concretamente en la playa la Devesa. Sin tiempo para más, aseo rápido y paseo en barca por la Albufera, donde nuestro guía nos contó su historia, anécdotas y tradiciones de los arrozales. Aún nos quedaron fuerzas antes de comer para visitar el centro de interpretación Racó de L`Olla, abarrotado en estas fechas de aves crías de gaviotas y Charranes. Comida y segunda visita al Mediterráneo, en este caso en la playa de la Malvarrosa. Tras ello, entrada en el hotel y a conocer a nuestros compañeros de viaje pertenecientes a los colegios participantes en el proyecto provenientes de Tarragona, Melilla y Badajoz, echando de menos a los centros andaluces.
Tras un merecido y necesario descanso, llegó el segundo día, con una apasionante visita al Oceanográfic, donde la lista de animales que vimos es imposible de reproducir (tiburones, focas, pingüinos, flamencos….). Allí, a nuestro grupo le tocó un taller apasionante acerca de los tiburones, donde los niños aprendieron y disfrutaron como nunca. Tras un rápido refrigerio en el hotel, por la tarde un guía nos esperaba para contarnos alguna cosa de la ciudad, aunque de forma breve, ya que esta parte la teníamos reservada para otro hueco.
El tercer día amanecía con el plan de volver a la mágica Ciudad de las Artes y las Ciencias, visitando en este caso el Museo de las Ciencias, donde todos pudimos aprender y trastear con infinidad de experimentos; y al Hemisferic, increíble sala de proyecciones donde todo el techo en forma de esfera era la pantalla, y donde las butacas te apuntaban hacia el cielo. En el primero de los museos nombrado, estuvimos en un apasionante taller denominado Frío Frío, donde esta temperatura era la protagonista de experimentos que enloquecieron a los niños. Antes de acudir a ver la proyección del Hemisferic, nos permitimos la licencia de visitar una exposición itinerante que conmemoraba los 25 años de historia de la Pixar, y donde los protagonistas de Cars, Monstruos S.A., Up, Toy Story y Bichos entre otras producciones, hicieron las delicias de los pequeños y no tan pequeños. Pero sin duda, el plato fuerte del día fue la proyección que nos esperaba en el Hemisferic, ya que utilizando imágenes hiperlentas, o por el contrario acerleradas, o aumentadas hasta límites insospechados, pudimos ver cosas que no sabíamos que podíamos apreciar.
Nuevo día y despedida de nuestros compañeros de viaje, ya que los otros colegios emprendían regreso a su tierra. Empezamos el día con una visita guiada por el centro histórico de Valencia, donde nuestro guía nos mostró la preciosa Catedral de Valencia, su Plaza Mayor, nos contó la historia del Tribunal del Agua, que se celebraba justo ese día y está declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO. También nos reveló el suculento y apetecible Mercado central, la lujosa Casa de la Seda y la Plaza Circular, además de otros pequeños tesoros de la ciudad. Recogimos fuerzas a base de una buena paella valenciana, como no podía ser de otra manera, y a la playa de nuevo a despedirnos del Mediterráneo y de esta ciudad que nos robó el corazón a todos los viajeros de esta aventura.
Una triste cena en el paseo de la Malvarrosa hacia denotar que el final del viaje estaba cerca y nadie quería asumirlo, aunque las ganas de volver a casa nos dieron la fuerza para atacar las nueve horas nocturnas de viaje que teníamos por delante.